Control de plagas para granjas y explotaciones

¿Cómo son las plagas en granjas y explotaciones?
¿Prevención de plagas en granjas y explotaciones?
¿Bienestar animal?

¿Cómo son las plagas en granjas y explotaciones?

La agricultura y la ganadería son pilares esenciales de la economía y la seguridad alimentaria global. Ambos sectores enfrentan constantes desafíos, siendo las plagas una de las amenazas más significativas. Estas no solo afectan a los cultivos, sino también a la salud del ganado, lo que puede impactar gravemente en la productividad y rentabilidad. Por ello, es crucial contar con servicios especializados en bioseguridad que protejan los recursos ganaderos, asegurando la sostenibilidad y el bienestar animal.

En las granjas insectos, roedores y parásitos amenazan la salud y productividad del ganado.

Ácaros: Causan afecciones dermatológicas como la sarna que afecta la piel del ganado-
Moscas: Actúan como vectores de enfermedades, transmitiendo patógenos y generando estrés en los animales.
Roedores: Pueden llegar a contaminar los alimentos mediante las heces y la orina además de propagar enfermedades, poniendo en riesgo la salud de los animales.
Pulgas y garrapatas: Se alimentan de la sangre de los animales, transmitiendo enfermedades infecciosas.
Parásitos internos (nematodos): Afectan el sistema digestivo provocando enfermedades.
Las moscas favorecen la transmisión de enfermedades como la disentería bovina además de causar irritación y reducción en la producción de leche.

¿Prevención de plagas en granjas y explotaciones?

El control eficaz de plagas requiere un enfoque integrado que incluye una correcta gestión de los residuos, eliminando desechos de forma regular evitando así los hábitats de cría de plagas, realizar monitoreos constantes que permiten detectar infestaciones a tiempo y realizar prácticas preventivas eliminando zonas de cría de las plagas, como pueden ser las aguas estancadas, además de fomentar la rotación de los pastizales.

Manejo adecuado de residuos: Eliminar desechos regularmente para reducir los hábitats de cría de plagas.
Monitoreo constante y diagnóstico temprano: Implementar programas de monitoreo para detectar infestaciones a tiempo.
Control biológico: Usar depredadores naturales para controlar las plagas de forma sostenible.
Prácticas preventivas: Eliminar hábitats de cría, como aguas estancadas, y fomentar la rotación de pastizales.

El control integrado de plagas se centra en la prevención y el control de plagas antes de que se conviertan en un problema grave, reduciendo al mismo tiempo el uso de biocidas y minimizando el impacto ambiental, prioriza métodos no químicos, como el control biológico y el uso de feromonas para interrumpir la reproducción de las plagas. También la gestión adecuada del agua juega un papel clave en la prevención de enfermedades y la mejora del entorno general del ganado.

¿Bienestar animal?

Para lograr una protección óptima y fomentar el bienestar animal, es recomendable contar con servicios especializados en control de plagas, adaptados a las necesidades específicas de cada explotación ganadera.